... Este es el lema que ha iluminado el encuentro de junioras de la Provincia Santa Rosa de Lima, realizado los días 30, 31 de Julio y 1 de Agosto, en el Centro de Espiritualidad de la Provincia.
Congregadas desde nuestras distintas comunidades: Barranco, Huancayo y la Selva, hemos reflexionado, teniendo como eje los tres dones que nos ayudan a vivir nuestra consagración a Dios en obediencia, pobreza y castidad, orientadas por los temas dados por el Padre Andrés Alegre. Este espacio de reflexión nos ha incentivado a vivir nuestros votos fundamentándolos en nuestra vida fraterna y desde el amor de Dios del que procede y al que apunta; así, encontraremos en ellos un sentido que se convierta en fuente de gozo y plenitud para nuestra vida.
Queremos agradecer este espacio de reencuentro entre nosotras, que ha supuesto un compartir alegre y fraterno y que supone el ”aceite para nuestras lámparas”. Sabernos y sentirnos hermanas es vivir hoy la promesa del ciento por uno.
Damos gracias a la hermana Hilda y a su consejo por regalarnos este espacio de vida y oración. A las hermanas de nuestras fraternidades, por acompañar, compartir y enriquecer nuestra vida. A la comunidad de Chaclacayo por su acogida, su atención y cariño. Y a nuestras hermanas del equipo de formación Dolores y Amparo, valorando su tiempo, paciencia, esfuerzo y por sobre todo la sabiduría y el cariño que ponen en acompañar nuestro camino de seguimiento al Señor ¡Las queremos!
Nos vamos con el deseo de seguir siendo fieles a Dios en nuestras distintas misiones y llevamos, con más fuerza en nuestro corazón, el deseo de Madre Francisca de seguir haciendo el Bien, teniendo a Cristo como nuestro único tesoro.
Congregadas desde nuestras distintas comunidades: Barranco, Huancayo y la Selva, hemos reflexionado, teniendo como eje los tres dones que nos ayudan a vivir nuestra consagración a Dios en obediencia, pobreza y castidad, orientadas por los temas dados por el Padre Andrés Alegre. Este espacio de reflexión nos ha incentivado a vivir nuestros votos fundamentándolos en nuestra vida fraterna y desde el amor de Dios del que procede y al que apunta; así, encontraremos en ellos un sentido que se convierta en fuente de gozo y plenitud para nuestra vida.
Queremos agradecer este espacio de reencuentro entre nosotras, que ha supuesto un compartir alegre y fraterno y que supone el ”aceite para nuestras lámparas”. Sabernos y sentirnos hermanas es vivir hoy la promesa del ciento por uno.
Damos gracias a la hermana Hilda y a su consejo por regalarnos este espacio de vida y oración. A las hermanas de nuestras fraternidades, por acompañar, compartir y enriquecer nuestra vida. A la comunidad de Chaclacayo por su acogida, su atención y cariño. Y a nuestras hermanas del equipo de formación Dolores y Amparo, valorando su tiempo, paciencia, esfuerzo y por sobre todo la sabiduría y el cariño que ponen en acompañar nuestro camino de seguimiento al Señor ¡Las queremos!
Nos vamos con el deseo de seguir siendo fieles a Dios en nuestras distintas misiones y llevamos, con más fuerza en nuestro corazón, el deseo de Madre Francisca de seguir haciendo el Bien, teniendo a Cristo como nuestro único tesoro.
Diana, Vilma, Elizabeth, Roxana Edith y Vanessa.
Chaclacayo 1 de Agosto del 2010
Chaclacayo 1 de Agosto del 2010
Que bueno por compartir con nosotras este espacio que han tenido de reflexión a estas alturas del año, que viene muy bien. Es una alegría saber que son un gran ramillete.
ResponderBorrarGracias.
Rosa Córdova.
Què alegrìa ver nievas vidas y nuevas ilusiones en el seguimiento de Cristo,San Francisco y Madre Francisca bajo el manto de nuestra Madre Inmaculada , con la ilusiòn del servicio generoso e incondicional hacia los demàs.
ResponderBorrarArriba los corazones.
Emma.
Nos alegra mucho que aprovechen estos espacios de encuentro y reflexión, son muy necesarios para fortalecer nuestra vocación y seguimiento a Cristo y sobre todo para animarnos mutuamente en la tarea de Hacer siempre el Bien. Ahora les deseo ser testimonio vivo de lo aprendido.
ResponderBorrarCariños y oraciones para todas. Luzvinda.